En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Yo soy la verdadera vid, y mi Padre es el labrador. A todo sarmiento mío que no da fruto lo arranca, y a todo el que da fruto lo poda, para que dé más fruto. Vosotros ya estáis limpios por las palabras que os he hablado; permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante; porque sin mí no podéis hacer nada. Al que no permanece en mí lo tiran fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen y los echan al fuego, y arden. Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que deseáis, y se realizará. Con esto recibe gloria mi Padre, con que deis fruto abundante; así seréis discípulos míos.»
MEDITO LA PALABRA
Pascua es sinónimo de Vida. Este es el sentido de la Palabra también este 5ºDomingo de pascua.
La comunidad cristiana adquirió muy pronto esta conciencia: Jesús es la Vida, sin Jesús no hay vida. Es decir, el único que tiene VIDA ETERNA es el Resucitado; luego, o estamos unidos a Él o estaremos secos, como los sarmientos que se arrancan de la vid.
En nuestro día a día, se nos ofrecen múltiples ofertas de sentido: consume, ten, realízate a ti mismo, ayuda a los demás… Muchas son propuestas nobles y solidarias…pero ¿tienen vida? El evangelio nos hace sensatos, al decirnos que no nos confundamos. No es lo mismo un camino que otro, aunque algunos supongan hacer «cosas buenas» por los demás. Sin la savia del Resucitado, todo se convierte en voluntarismo, y acaba secándose. Todo proyecto de voluntariado o pastoral, si no nace y se alimenta en Jesús está destinado a morir inutilmente.
A la luz de esta Palabra de Pascua, las comunidades y grupos cristianos tenemos la posibilidad de hacer un discernimiento: ¿bebemos de Jesús o de nosotros mismos?
También, a la luz de esta Palabra, puedo hacer un momento de silencio y expresarle al Padre (el viñador) que me haga participar de la vida de su Hijo Jesús, unido siempre a El, para que yo también dé fruto, y fruto abundante.
REZO CON LA PALABRA
Es cierto, Señor, mi experiencia lo confirma:
sin Ti no puedo hacer nada.
En unión contigo, todo me es posible.
Que nunca me separe de la vid.
Que nada ni nadie puedan separar mi vida
de la fuente de la vida que es la tuya.
(Estoy un rato en silencio, disfrutando de la presencia de Jesús, sintiéndome en unión con Él, expresándole mis sentimientos más profundos, pidiéndole que dé mucho fruto).