Viendo los telediarios o escuchando las noticias de la radio uno se da cuenta de que vivimos en un mundo herido que pide ayuda. Hay personas que escuchan de una manera especial el grito de esta humanidad que sufre y que ven con claridad que tiene que dar la vida para aliviar este sufrimiento y paracomunicar la Buena Noticia del Evangelio. Son tantos misioneros-as, sacerdotes, religiosos que se van al lado de los pobres por todo el mundo.
Comienza este rato de oración mirando la foto de al lado y leyendo el relato que viene a continuación.
Te he hecho a ti
En la calle vi a una niña temblando de frío, con un vestidito ligero y con pocas perspectivas de conseguir una comida decente. Me enfadé y le dije a Dios:
– ¿Por qué permites estas cosas? ¿Por qué no haces algo para remediarlo?
Durante un rato, Dios guardó silencio. Pero aquella noche, de improviso, me respondió:
– Ciertamente lo he hecho: te hice a ti.
De todas las realidades de pobreza e injusticia que has visto y oído ultimamente:
– ¿Cuáles con las que más te han llamado la atención? ¡Por qué?
– ¿Qué sentimientos te han producido?
Entregar la vida sin reservas
Las estrellas, que son los ojos de Dios, se han escondido. La fiebre me sube intensamente, no hay posibilidad de ir al hospital porque, como de costumbre, el coche está averiado.
Siento una intensidad grande ante la muerte, estoy alegre ante la muerte. He vivido apasionadamente el amor por la Humanidad y por el proyecto de Jesús. Muero plenamente feliz.
Cometí errores, hice sufrir a personas…, espero su perdón.
Qué bueno morir como los más pobres y marginados…sin posibilidad de llegar al hospital.
Qué bueno que nadie siga muriendo así.
Un abrazo intenso de amor a todos.
Esta es la última página hallada en el diario de Carlos Alberto, un misionero en Kenia. Una bellísima firma final para un vida llena d ecompromiso. Entrega, fe, esperanza, coraje, amor son las ropas que visten e identifican a las personas que eligen como vocación darse sin reservas por los demás.
– ¿Por qué crees que Carlos Alberto muere plenamente feliz?
– Si tú decidieras ser misionero/a, ¿cuáles serían tus motivos?
– ¿Crees qeu hoy en día hay muchas personas dispuestas a llevar este tipo de vida? ¿Por qué?
Unos minutos para orar
Señor,
enséñanos a no amarnos a nosotros mismos,
a no amar solamente a nuestros amigos,
a no amar solamente a aquellos que nos aman.
Enséñanos a pensar en los otros
y amar, sobre todo,
a aquellos a quienes nadie ama.
Concédenos la gracia de comprender
que mientras nosotros vivimos
una vida demasiado feliz,
hay millones de seres humanos
que son también tus hijos y hermanos nuestros,
que mueren de hambre
sin haber merecido morir de hambre
que mueren de frío
sin haber merecido morir de frío.
Señor,
ten piedad de todos los pobres del mundo.
No permitas, Señor,
que vivamos felices en solitario. Amén
(Raul Follereau)