VI.- Creo en Dios Padre.
«Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser.» (Mc 12, 29-30)
A lo largo de la historia de la humanidad la divinidad ha sido representada de muchas formas y en algunas culturas representan el mundo de los dioses como seres inmortales con poderes. Pero cada uno de ello supone el límite del otro, incluso podemos encontrar una jerarquía de dioses.
Youcat nº 30: «Si hubiera dos dioses, uno sería el límite del otro; ninguno de los dos sería infinito, ninguno sería perfecto; de modo que ninguno de los dos sería Dios».
Los cristianos creemos en un solo Dios Padre de todos. «Yo soy un Dios justo y salvador, y no hay ninguno más» (Is 45, 22)
En el Antiguo Testamento, en la tradición judía, no se nombra el nombre de Dios por respeto y se sustituye por el de «Adonai» que significa «Señor» y así se le proclama a Jésús de Nazaret «Jesús es Señor» (Rom 10, 9)
Creer en Dios Padre exige por nuestra parte una dosis muy alta de libertad. Proclamarlo como único Dios nos exige liberarnos de los falsos dioses que dominan nuestras vidas: la codicia, el egoísmo, la violencia, el consumismo, el poder… Dios es la verdad, la luz y el camino proclamamos muchas veces. Es el que nos guía en nuestra vida
Youcat 41: «¿Las ciencias naturales hacen innecesario al Creador? No. La frase «Dios ha creado el mundo» no es una afirmación ya superada de las ciencias naturales. Se trata de una afirmación teológica, es decir, una afirmación sobre el sentido y el origen divino de las cosas».
La fe cristiana no desmiente a la ciencia en su interpretación de la realidad: teoría de la evolución y nacimiento del universo con el Big Bang. Pero las ciencias naturales tampoco deberían de poner en tela de juicio nuestra creencia sobre Dios Creador. Las teorías científicas no chocan de bruces con la fe. Donde chocamos es en la interpretación. Podemos pensar que el ser humano es el resultado de la evolución, hasta aquí no hay problema. Cuando consideramos que la evolución es fruto de la casualidad, del azar biológico es cuando estamos en desacuerdo. La fe cristiana proclama la intencionalidad de la creación, toda la realidad no es producto del azar, no somos uno de los mundos posibles sino el querido por Dios. La casualidad y el azar nos llevan al sin sentido de la vida, de la misma existencia y por supuesto no responden a la pregunta ¿por qué el ser y no la nada?
La fe durante muchos años a tratado de responder desde la teología a la realidad física en una lectura ingenua, letra por letra, de la Biblia. Pero hoy en día algunos científicos están tratando de reponder ingenuamente desde modelos matemáticos y físicos al sentido de la vida. Frases que aparecen en la prensa como «la partícula de Dios» no dejan de ser propaganda barata de un modelo de vida que se nos quiere imponer: el laicismo entendido como ausencia o superación de Dios.
Youcat 51: «Dios permite el mal sólo para hacer surgir de él algo mejor» (Santo Tomás de Aquino)
Desde luego, para mí, el gran obstaculo para creer en Dios Padre es el mal en todas sus formar: violencia, hambre, enfermedad, injusticia, desigualdad… Y no deja de ser un auténtico misterio oscuro y doloroso para el creyente, sobre todo cuando somos nostros los causantes del dolor. El mismo Jesús colgado en la Cruz preguntó ¿por qué me has abandonado? No hay respueta lógica para la pregunta del dolor y nadie puede responder. Solamente el camino de la Cruz que recorrió Jesús nos dice que tiene sus sentido en la vida, pero no cuál.
Youcat 56: «¿Tiene el hombre una posición privilegiada en la Creación?
Desde la visión cristinana de la vida el ser humano no es uno más de la creación sino es una persona con capacidad de voluntad, inteligencia y libertad de escoger.
Habría muchos temas más que tratar en este apartado: qué es el alma, qué es el pecado, la naturaleza caida etc… Puedes leerlo en el Youcat.
Para trabajar en grupo.
Son temas planteados hoy muy densos, pero son de gran imporancia para poder dar razón de la fe que profesamos. Plantearos en grupo las preguntas que os surgen, que tenéis… Acaba con un breve momento de oración escuchando la canción de Kairoi «Jesús es Jesús es Señor».
Parar orar.
«Jesús es el Señor»
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