EVANGELIO DE MARCOS: 13, 33-37
“Por tanto, permaneced despiertos y vigilantes, porque no sabéis cuándo llegará el momento. Esto es como un hombre que, a punto de irse a otro país, deja a sus criados al cargo de la casa. A cada cual le señala su tarea, y ordena al portero que vigile. Así que permaneced despiertos, porque no sabéis cuándo va a llegar el señor de la casa: si al anochecer, a la medianoche, al canto del gallo o a la mañana.¡Que no venga de repente y os encuentre durmiendo! Y lo que os digo a vosotros se lo digo a todos: ¡Permaneced despiertos!”
HOY COMIENZA EL ADVIENTO
En cada etapa de nuestra vida, siempre esperamos algo: culminar unos estudios, conseguir un trabajo, formar una familia, lograr un sueño… Nuestra historia personal, la historia toda de la humanidad, es un adviento, un camino hacia el futuro. Y, en general, es un camino difícil, porque la vida misma así lo es. Adviento es pues, un prestar atención a las sorpresas imprevisibles de Dios que siempre está viniendo. Para los discípulos y discípulas de Jesús, el futuro es Dios, el cual se hace presente en nuestra historia, en la persona de Jesús, el Verbo encarnado.Este tiempo de adviento puede ser bueno para comenzar a rezar, y si lo hemos olvidado, para comenzar de nuevo. También es tiempo de entrega gratuita a los pobres, los enfermos, los que no tienen esperanza. Dios llega siempre: cuando menos te lo esperes, en la persona que más te necesita.
¡TE ESPERO CON ALEGRÍA!
Señor, para mí no eres un desconocido o un forastero;
eres el amigo y el hermano que viene a visitarme.
Cuando me dices que esté atento porque vendrás a la hora menos pensada,
mi corazón se llena de alegría y de esperanza.
Esto me empuja a pensar más en ti y a tener siempre la puerta abierta.
Estoy contento de tenerte como compañero mientras hago camino hacia la Casa del Padre.
Ayúdame a vivir el tiempo del Adviento,
Para que nunca olvide que me amas, y que me visitas muy a menudo.
Quieres que nuestra amistad crezca y se haga más fuerte cada día.
¡Te espero con alegría!