Cuánto hemos cambiado desde la Prehistoria!
¡Cuántos adelantos! ¡Cuánta tecnología!
¡Qué capacidad de transformar el mundo!
Pero el interior, la preocupación por los débiles… eso no es logro nuestro.
Ya nuestros antecesores demuestran que, incluso con límites,
todo individuo puede formar parte de la comunidad.
¿Te sorprende? Te invito a leer esta noticia sobre los últimos hallazgos de Atapuerca (Burgos):
«Tendría unos 10 años, seguramente era niña, murió en lo que ahora es la sierra de Atapuerca (Burgos) hace 530.000 años y era diferente, tanto que su grupo, su familia, le tuvo que haber prestado cuidados especiales. De lo contrario, no habría sobrevivido. Entonces, su cráneo asimétrico y, probablemente, su cara irregular no engañaron a nadie, porque además, cabe pensar que tuvo capacidades psicomotoras deficientes. Hoy los científicos saben que ese individuo, esa homínido preadolescente, tenía craneosinostosis, una enfermedad rara que afecta a menos de seis personas por 200.000 habitantes en la población actual.
«A pesar de estas desventajas, el individuo sobrevivió más de cinco años, lo que sugiere que su condición patológica no fue un impedimento para recibir la misma atención que cualquier otro niño del género Homo del Pleistoceno Medio».
Puedes leer toda la noticia en este enlace:
http://www.elpais.com/articulo/sociedad/Atapuerca/cuido/Benjamina/elpepisoc/20090331elpepisoc_7/Tes
Ojalá que esta noche nuestra oración se parezca a los prehistóricos
y tenga como protagonistas a los más débiles de nuestro entorno
BUENAS NOCHES
-ABEL-
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