Se necesita una mirada especial
para descubrir la grandeza de lo pequeño;
una mirada que huya de las grandes superestrellas
y que gire la vista ante quienes acaparan las portadas.
Se necesita una mirada tan especial,
que todo lo que entra va directamente al corazón.
Y si ese corazón está dispuesto a darlo todo
será capaz de descubrir lo que nadie ve.
Y esto, lo digo esta noche, en nuestro camino hacia la Pascua,
porque estaba Jesús en el templo y veía cómo los ricos iban echando dinero en el cofre de las ofrendas.
Vio también a una viuda pobre que echaba dos monedas de poco valor. Y dijo:
– Os aseguro que esa viuda pobre ha echado más que todos los demás,
porque ésos han echado de los que les sobra, mientras que ésta ha echado de lo que necesitaba… todo lo que tenía para vivir.
(Evangelio de Lucas 21,1-4)
Se necesita una mirada como la de Jesús.
BUENAS NOCHES
-ABEL-
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