Hay palabras sobre la educación que sólo quien ha vivido una vida entre los jóvenes puede decirlas con más seguridad que un gran estudioso de despacho.
Las palabras que vas a leer hoy nacieron de la experiencia y no del despacho; de la vida y no de los libros; del cariño y no del estudio.
«Dos sistemas se han usado en todos los tiempos para educar a la juventud: el preventivo y el represivo.
El represivo consiste en dar a conocer las leyes a los súbditos y vigilar después para conocer a los transgresores y aplicarles, cuando sea necesario, el correspondiente castigo…
Diverso, y diría que opuesto, es el sistema preventivo. Consiste en dar a conocer el reglamento y a continuación en la presencia constante de los educadores, que como padres llenos de cariño, hablan, sirven de guía en toda circunstancia y dan consejos, y corrigen con amabilidad…
El sistema represivo puede impedir un desorden, pero con mucha dificultad logra hacer mejores a los que delinquen…
El sistema preventivo ayuda y anima tanto al alumno, que el educador podrá, en cualquier ocasión, ya sea cuando se educa, ya después, hablarle con el lenguaje del amor…»
(San Juan Bosco, fundador de los salesianos)
BUENAS NOCHES
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