A nuestro Dios le encantan los disfraces: Se disfraza de aliento, de soplo, de brisa suave o viento huracanado. De zarza ardiendo o nube opaca o luminosa. De pan, de vino, de humano…
¡Dios es todo un furtivo!
Lo suyo es sorprender.
No hacer nada como si estuviera ya previsto, venir cuando no se le espera,
aparecer donde aparentemente nada tiene que hacer,
utilizar unas ropas con las que no le conocíamos,
deslizarse entre las páginas de una agenda apretada,
en la que parece que no hay sitio para nadie,
dejarse oír en esa llamada de teléfono enervante,
sonreír al trasluz de esos ojos tan tristes, pedir ayuda…
¡Ya lo creo que a Dios le gusta sorprender!
Al fin, el amor no es sino la capacidad cotidiana de dar sorpresas:
Cuando ya no hay sorpresas, el amor corre grave peligro de apagarse.
A Dios le encanta sorprendernos.
No para cazarnos, sino para reavivar nuestra fe vacilante,
para despertar nuestra esperanza.
Para disfrutar de nuestro asombro.
Lee el texto evangélico donde Jesús sorprende a sus discípulos
Después de despedir a la gente, Jesús subió al monte a solas para orar.
Al atardecer estaba solo allí, la barca se hallaba en medio del mar, zarandeada por las olas, pues el viento era contrario. Y a la cuarta vigilia de la noche vino hacia ellos caminando sobre el mar. Los discípulos, se turbaron y decían “Es un fantasma”, y de miedo se pusieron a gritar. Pero al instante les habló Jesús y dijo:
“¡Ánimo! que soy yo; no temáis”
Respondió Pedro: Señor, si eres tú, mándame ir a ti”
Él le dijo “¡ven!”
Bajó Pedro de la barca y se puso a caminar sobre las aguas, yendo hacia Jesús. Pero viendo la violencia del viento, le entró miedo y, como comenzaba a hundirse gritó ¡Señor, sálvame!
Al punto Jesús, tendiendo la mano le dice:
“Hombre de poca fe, ¿por qué has dudado?
Subieron a la barca y amainó el viento. Entonces los que estaban en la barca se postraron ante él diciendo:
“Verdaderamente eres el Hijo de Dios”.(Mateo, 14, 22-32)
¿Qué te sugiere el texto?
¿Significan algo los temores y las sorpresas de Dios en tu vida?
DISFRÁZATE TÚ TAMBIÉN Y REZA- «LA ORACIÓN DEL PAYASO»
“Señor, soy un trasto, pero te quiero, te quiero mucho,
locamente, porque es la única manera que tengo yo de amar,
porque ¡Sólo soy un payaso!.
Ya hace años que salí de tus manos,
pronto quizá llegará el día en que volveré a Ti…
Mi alforja está vacía, mis flores mustias y descoloridas,
sólo mi corazón está intacto…
Me espanta mi pobreza, pero me consuela tu ternura.
Estoy ante Ti como un cantarillo roto, pero,
con mi mismo barro, puedes hacer otro a tu gusto.
Señor:
¿qué te diré cuando me pidas cuentas?
Te diré que mi vida, humanamente, ha sido un fallo,
que he volado muy bajo.
Señor:
Acepta la ofrenda de este atardecer… (amanecer)
Mi vida, como una flauta, está llena de agujeros…
pero tómala en tus manos divinas. Que tu música pase a través de mí
y llegue hasta mis hermanos los hombres,
que sea para ellos ritmo y melodía que acompañe su caminar,
alegría sencilla de sus pasos cansados.
María Jesús Marcos Asurmendi dice
Están muy buenos los textos nos ayudan a profundizar más en el Amor que Él nos tiene. Tengo grupos de oración y este materia me ayuda mucho. Gracias. Espero poder aprovechar de otros materiales que cuelguen en la página. Gracias y vale la pena seguir al Amigo que nunca falla.