LEO LA PALABRA (Lucas 21, 25-28.34-36)
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Habrá signos en el sol y la luna y las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, enloquecidas por el estruendo del mar y del oleaje. Los hombres quedarán sin aliento por el miedo y la ansiedad, ante lo que se le viene encima al mundo, pues los astros temblarán. Entonces, verán al Hijo del Hombre venir en una nube, con gran poder y majestad. Cuando empiece a suceder esto, levantaos, alzad la cabeza; se acerca vuestra liberación.»
MEDITO LA PALABRA
Meditar es llevar la Palabra al Corazón
¡Feliz año nuevo!
Sí, no es que me falte cordura, sino que en verdad hoy comenzamos el nuevo «año litúrgico», y lo hacemos inaugurando el tiempo de Adviento. El Adviento nos prepara para la Navidad que dentro de poco vamos a celebrar y disfrutar.
Si hay una palabra que le venga bien al Adviento es la palabra Esperanza. ¿Con qué color la identificas? ¿Tal vez el verde? Vas bien…es el color de los brotes tiernos y de la vida. ¿A qué canción te suena? ¿Tal vez a Diego Torres y su «color esperanza»? Solo tararearla los pies y el corazón se ponen cantarines. Eso es adviento…un murmullo interior que te lleva hacia «arriba de ti mismo».
Hoy la palabra de Dios nos invita a «ver los signos» que hay a nuestro alrededor. No todos son buenos…por eso nuestra fe no es ingenua. Sabemos que el mundo desea verse libre de tantas lacras sociales, de tanto mal e injusticia. Pero cuando veáis que esto sucede -nos sugiere la Palabra- «levantaos, alzad la cabeza, se acerca vuestra liberación». Y esta es la utopía-esperanza del adviento: la llegada del «Hijo del hombre» con «gran poder y majestad». La navidad es la celebración de esta presencia del Hijo de Dios entre nosotros. No va a liberarnos del mal como por arte de magia. Sobre todo, viene a decirnos que Dios se queda a vivir con nosotros; que no pasa de nuestros problemas. Que su cercanía es lo único que necesitamos para tomar coraje ante la vida y sus problemas.
Te deseo que camines durante este mes con un gran deseo en tu corazón: el deseo de encontrarte con el Hijo de Dios, Jesús. No olvides que el camino es tanto más importante que la meta, sobre todo, porque en nuestra vida cristiana….siempre hay camino. La Palabra de cada domingo es la luz para nuestra ruta, y también la presencia de ese Dios que ya está aquí con nosotros…todos los días. Deja encontrarte por El…hazle sitio en tu interior.
REZO CON LA PALABRA
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Desvela, Señor, nuestros corazones,
que se han adormecido en las cosas
y ya no tienen fuerza para amar.
Desvela, Señor, nuestra ilusión,
que se ha apagado en ilusiones huidizas.Desvela, Señor, la sed que tenemos de Ti,
porque demasiado a menudo bebemos aguas amargas
Desvela, Señor, el hambre que tenemos de Ti,
porque nuestras comidas nos dejan vacíos.
Desvela, Señor, nuestro deseo de felicidad
porque nos perdemos en diversiones caducas.
Desvela, Señor, nuestro silencio vacío,
porque necesitamos palabras de vida para vivir.
Desvela, Señor, todo nuestro ser,
porque hay caminos que solo se hacen
con los ojos abierto para reconocerte.
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