Algunos ya sabeis, otros probablemente no, que tenia en mente viajar a Kenya tres semanas: dos para trabajar de voluntario en un orfanato con ninhos a los pies de Mt Kenya, y otra viajando por el pais todo lo que el poco tiempo me deje. Pues bien, despues de meses de espera desde que comenzo la idea, ya estoy en Nairobi, Kenia, Africa… En una parte del mundo a la que nunca habia viajado; fuera de una Europa que ya resulta familiar. He venido buscando contrastes, buscando entender un poco mas el mundo, y tener el contrapunto al nuestro para poder situar el fiel de la balanza en su debido sitio. Este es, sin duda, un viaje que genera muchas espectativas, algunas de las cuales es posible que no llegue a cubrir; el resto seran experiencias que lleve en adelante conmigo. Pero todavia no es momento de valoraciones, es momento de disfrutar de un viaje que no acaba mas que empezar.
Tras el tren a Birmingham, el avion a Amsterdam (en el que me dormi antes siquiera de despegar), nos subimos en un gran Boeig 777. Es el avion mas grande en que me he montado y a uno que le gusta esto de los cacharros que vuelan desafiando la gravedad, pues no deja de hacerle ilusion. Tras ocho horas de vuelo, durmiendo un poco ahora, otro poco entonces, llegamos a Nairobi, llegamos a Kenia.
Cansados pero contentos, llegamos a la antigua colonia britanica, donde nos salieron al encuetro gente de la organizacion y conocimos a otro voluntario que estara en un proeycto bastante cerca de nosotros. Una siesta rapida, la ducha de rigor, desayuno improvisado a deshora, pastilla contra la malaria… y un paseito por las calles. Poco tiempo hace falta para darse cuenta de que esto es diferente. Aqui los semaforos y señales de trafico son orientativos, de adorno. La vida se vive a otro ritmo. Las calles llenas de gente, las tiendas repletas de coloridas prendas descubren al viajero que Nairobi es una ciudad con vida. Los Matatus (coloridas furgonetas que improvisan las funciones de minibus) pueblan las calles de la ciudad. Miro a Emilie -mi compañera voluntaria- y veo que es la unica persona blanca en todo cuanto mi vista alcanza a ver. Casi no podemos creer que estemos aqui.
Vuelta a casa para comer algo: pescado tropical fresco con arroz y verduras. Una comida apetecible y sabrosa para restaurar el cuerpo y preparar el alma para la tarde. Despues, otro paseo por la ciudad y visita al museo de historia de Kenia. En las calles se encuentran supermercados, bancos, tiendas que venden DVDs, un poco de todo. Tras esto, parada en un cibercafe… y el resto es historia por escribir. En cuanto acabe estas lineas, sin tildes por imperativo del teclado, cruzaremos la calle y volveremos a dormir.
Me despido desde miles de kilometros de distancia de todos vosotros, en otro continente, pero en el mismo mundo.
Un saludo y un abrazo.
Sed buenos y sed felices.
Mikel.
David Villahoz dice
Hola Mikel. Me alegro de que por fin haya comenzado tu viaje. Espero que sirva en tu camino. Un abrazo.
jose dice
hola mikel
que hermoso lo que haces te admiro varon eres una angel de DIOS
saludos
jose