Lo que más renueva a la persona es el amor, porque vivir sin amor no es vida. Para quien quiere mejorar su calidad de vida, no hay mejor receta que mejorar la calidad de su amor. Por eso, la obra del Espíritu consiste en encender en el corazón de los orantes el fuego del amor.
Nos ayuda a tomar conciencia de que somos amados por Dios, nos ilumina para dejarnos amar por Dios. “El amor no consiste en que nosotros amemos a Dios, sino en que El nos amó primero y se entregó por nosotros” (1Jn 4,10).
El amor nunca se queda ocioso: “Quienes de veras aman a Dios, todo lo bueno aman… no aman sino verdades” (Santa Teresa).
ENSEÑADOR DE VERDADES
El Espíritu nos enseña a conocernos conociendo a Dios, es decir, a reconocer su gracia en nosotros. Somos por gracia mucho más de lo que pretendemos ser por nosotros mismos. Esta es la verdad fundamental, la que engendra humildad; a ella nos guía el Espíritu (cf Jn 16,13).
Nos ayuda a superar las resistencias que tenemos a la verdad, la tendencia fuerte que tenemos a la mentira, la esterilidad de la mera supervivencia. El Espíritu divino está siempre en toda verdad. Nos acompaña en la búsqueda de toda verdad, nos acerca a Jesús, “el camino, la verdad y la vida” (Jn 14,6).
El Espíritu nos abre los ojos para Dios. Porque “gran mal es tener más ojo a los bienes de Dios que al mismo Dios” (San Juan de la Cruz).
MOMENTO DE ORACIÓN
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
– Haz silencio en tu interior.
– Ábrete al Espíritu Santo, Señor y dador de vida.
– Acoge su presencia: todo lo inunda, todo lo sabe, todo lo renueva.
* Invoca al Espíritu:
¡Ven, Espíritu divino!,
manda tu luz desde el cielo.
Padre amoroso del pobre,
don en tus dones espléndido;
luz que penetras las almas,
fuente del mayor consuelo.
* Escucha la Palabra de Jesús:
“Cuando venga él, el Espíritu de la verdad,
os guiará hasta la verdad completa” (Jn 16, 13)
* Oración
Te bendecimos, Padre, por el don del Espíritu,
que por tu Hijo haces al mundo.
Lo hiciste al principio,
cuando incubabas el universo al calor del Espíritu
para que naciera un mundo de luz y de vida,
que pudiera albergar al ser humano.
Te damos gracias porque, mediante el Espíritu,
lo sigues creando, conservando y embelleciendo.
Te bendecimos por haber puesto tu Espíritu
en la persona humana.
* Actitud de vida
Aunque persista la sequía, siembra una y otra vez,
y todas las que haga falta, hasta que las nuevas semillas germinen.
El agua del Espíritu no falta. El es siempre capaz de vivificar
y alentar lo nuevo que brota en la oración.
EL ESPÍRITU SANTO RENUEVA Y DA VIDA A TODO LO CREADO
[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=znCOdsw7dEs[/youtube]
Deja un comentario