En Adviento decir Jesús tendría que llenarlo todo,
todas nuestras ansias,
todos nuestros vacíos,
todas nuestras esperas.
Pero hay muchas más esperas,
auténticas esperas, que,
aunque no lleven el nombre de Jesús,
sólo en Él comienzan a hacerse realidad.
Te invito a rezar hoy con todas estas
esperas hechas oración en una canción titulada Amén:
Espero un día que nunca oscurezca,
noches suaves en calma, ¿cuándo será?
Aguardo un sol que abrase las almas
niños que no se entristezcan ya nunca más.
No pierdo la esperanza de un sol abrasador;
el mundo un grito lanza a dónde fue el amor?
cuando vendrá el mañana que vayamos hacia Dios
con manos aferradas, alegres y con amor.
Con ansia espero la primavera
que a mi alma de vida nueva. Llegará.
Ver madres que no se sientan cansadas
tras una dura jornada ¡qué sea ya!
Espero hombres de paz en la tierra,
no más naciones en guerra ¿cuándo vendrá?
Los hombres teniendo todos trabajo,
felices siempre aquí abajo ¡qué sea ya!
Espero verme con Dios en la calle
en esos hombres que pasan en soledad.
Aguardo poder sentir la alegría
de ver nacer ese día en que tú vendrás.
No pierdo la esperanza de un sol abrasador;
el mundo un grito lanza a dónde fue el amor?
cuando vendrá el mañana que vayamos hacia Dios
con manos aferradas, alegres y con amor.
¿Y tú? ¿Qué esperas?
BUENAS NOCHES
Deja un comentario