PREPARA LA ORACIÓN
Pon una cuna con el niño Jesús: ponla en un lugar destacado de tu habitación. Por ejemplo sobre una mesa, incluso encima de la cama. Tú siéntate cerca, puede ser en el suelo, mirando la cuna y a Jesús.
ESCUCHA ESTA CANCIÓN
“No notais algo especial” (Disco Musikatu)
Si te fijas en las calles hay más luz que en otros días,
las bombillas de colores se iluminan por las noches,
¿No notáis algo especial? Claro, es Navidad.
Hoy te pido, Señor, que nos des la paz,
que nos traigas la alegría, fuera la melancolía,
que nos des tu amor y olvidemos el rencor,
y entre todos construyamos un mundo mucho mejor.
Los profetas nos hablaron sobre este gran evento,
los judíos no esperaban este humilde nacimiento,
¿no notáis algo especial? Claro, es Navidad.
El futuro se abre ahora de manera diferente,
los problemas se solventan dialogando con la gente,
¿No notáis algo especial? Claro, es Navidad.
Piensa en las luces de la calle, los adornos y escaparates… es Navidad. Piensa si las personas se comportan de manera diferente (recuerda a la gente con la que te has cruzado hoy, ve poco a poco recordando caras, palabras, risas…)
Lee esta bella noticia del evangelio de San Mateo
“Jesús nació en Belén de Judea en tiempos del rey Herodes. Entonces, unos Magos de Oriente se presentaron en Jerusalén preguntando: ¿Dónde está el rey de los judíos que ha nacido? Porque hemos visto salir su estrella y venimos a adorarlo.
Al enterarse el rey Herodes, se sobresaltó y toda Jerusalén con él.
Entonces Herodes llamó en secreto a los magos y los mandó a Belén, diciéndoles: Id y averiguad qué hay del niño, y, cuando lo encontréis, avisadme.
Ellos se pusieron en camino hacia Belén, entraron en casa, vieron al Niño con María, su madre, y cayendo de rodillas lo adoraron; después abriendo sus cofres, le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra. Y habiendo recibido en sueños un mensaje para que no volvieran a Herodes, se marcharon a su tierra por otro camino”.
CONTEMPLA AL NIÑO
Mira al niño que has colocado en tu habitación. Contempla, no digas nada. Acógelo en tu corazón, y deja que con él entre todo lo bueno del mundo, y la bendición de Dios.
Acaba dándole un beso o acariciándole, en señal de cariño y respeto.
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