Durante este día hemos aprendido a volar, rememorando todos aquellos recuerdos que nos han acompañado desde nuestra infancia hasta el día de hoy.
Por la mañana hemos echado la vista atrás en cuanto a los momentos buenos en familia, grupos de fe, amigos… Por cada recuerdo grato que compartíamos con el resto del grupo, conseguíamos unos polvos mágicos que nos ayudaban a volar.
A la tarde todos aquellos polvos mágicos conseguidos por la mañana han sido sustituidos por una capa de tierra que representaba los momentos difíciles que algunas veces nos han impedido volar. Con el fin de recuperar la importancia de los polvos mágicos, hemos contado las experiencias que nos han ayudado a madurar, consiguiendo así recuperar los polvos mágicos.
Y para terminar el día, nos hemos convertido en chefs, intentando ganarnos el paladar de los cocineros con unas tartas originales. Para ello, hemos pasado por exigentes pruebas para conseguir los ingredientes necesarios.
Ya cada día va quedando menos de campamento. Solamente faltan 3 días de disfrute al máximo y hay que aprovechar cada minuto que pasa como si fuera el último.
Un abrazo de parte del grupo 7
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