La primera impresión es la que queda.
No siempre es cierto, pero, en ocasiones sí,
aunque eso no quiere decir que con la primera impresión
llegamos a conocer todo de una persona.
A Jesús las primeras palabras que le oyeron sus primeros seguidores
fueron estas: ¿Qué buscáis?
Y aquel momento dejó tanta huella en uno de ellos que,
cuando años más tarde lo contó en el texto que esta noche te propongo
para reflexionar… ¡recordaba incluso la hora!
Nada de qué maravillarnos: nadie puede olvidar nunca la hora
de algo que ha sido definitivo en su vida,
la hora en que cambió todo, incluso el nombre,
la hora en que resultó que quien preguntaba ¿Qué buscáis?…
era la respuesta.
PARA LEER:
Al día siguiente, Juan estaba allí otra vez con dos de sus seguidores. Cuando vio pasar a
Jesús dijo:
–¡Mirad, ese es el Cordero de Dios!
Los dos seguidores de Juan le oyeron decir esto y siguieron a Jesús. Jesús se volvió y, al ver que le seguían, les preguntó:
–¿Qué estáis buscando?
Ellos dijeron:
–Maestro, ¿dónde vives?
Jesús les contestó:
Venid a verlo. Fueron, pues, y vieron dónde vivía; y pasaron con él el resto del día, porque ya eran como las cuatro de la tarde.
Uno de los dos que oyeron a Juan y siguieron a Jesús, era Andrés, hermano de Simón Pedro. Lo primero que hizo Andrés fue buscar a su hermano Simón. Le dijo:
Hemos encontrado al Mesías (que significa: Cristo).
Luego Andrés llevó a Simón a donde estaba Jesús, y cuando Jesús le vio, dijo:
-Tú eres Simón, hijo de Juan, pero serás llamado Cefas (que significa: Pedro).
(Evangelio narrado por Juan 1, 35-42)
BUENAS NOCHES
(Abel)
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