En una de las obras de Shakespeare un personaje dice que
llegar cinco minutos tarde es falta de educación,
llegar más de una hora tarde es darse importancia.
Vamos a darle la vuelta a la frase
y supongamos que somos quienes esperamos
¿Qué valor daríamos a la otra persona si sólo esperamos cinco minutos?
¿Y cuánto demostraríamos por ella si esperamos una hora?
Te propongo reflexionar esta noche leyendo estas palabras
«Expresamos mucho cuando simplemente esperamos.
Imaginemos que hemos estado cuatro juntos y hemos decidido volver a reunirnos a las nueve para salir. A la hora fijada aparecemos sólo tres.
Esperamos al cuarto; quince minutos… treinta… una hora. Nuestra espera indica que el cuarto cuenta mucho para nosotros. No podemos irnos sin él.
De igual manera, sólo con esperar a Dios,
estoy admitiendo la importancia que tiene en mi vida.
No puedo desentenderme de él»
(Pierre Van Breemen)
BUENAS NOCHES
(Abel)
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