A no ser que tengamos ya la pantalla del ordenador llena de avisos,
o el corcho de la pared, o la cartelera… un post-it nos puede recordar
siempre algo que no queremos olvidar
o algo que es importante.
Para mí fue bonito escuchar a una madre cuando me contaba
que ella salía al trabajo al hospital todas las mañanas temprano,
mientras su hijo y su hija todavía dormían.
Cuando ellos se levantaban encontraban las tazas puestas para el desayuno,
la leche ya preparada en una jarra de cristal dentro del microondas, y dos tostadas con mantequilla y mermelada para cada uno.
Ellos se levantaban más tarde para ir a clase,
se lavaban, se vestían, desayunaban, cogían sus cosas
y, antes de salir, a la altura de la manilla de la puerta,
encontraban siempre dos post-it que decían: ¡Os quiero!
Cada uno cogía su post-it y lo pegaba en la carpeta…
y marchaban a clase.
Un día, al volver la madre del trabajo al mediodía,
se extrañó de que sobre la manilla estaban los dos post-its.
¿Se habrían quedado dormidos?
Fue corriendo a las habitaciones y no estaba ninguno de los dos.
Cuando salía para ir a comprobar si estaban en el colegio,
se fijó en que los post-its no eran los que ella había dejado.
En ellos ponía: ¡Gracias, yo también te quiero!
Digo yo que, si estaba escrito en un post-it,
es porque es importante.
BUENAS NOCHES
(Abel)
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